La ergonomía en el entorno de trabajo se puede mejorar con el uso de equipos ergonómicos, como estaciones de trabajo y sillas, que ofrecen un soporte adecuado y una posición cómoda mientras se trabaja. Esto permite una postura correcta, mejorando la circulación sanguínea y la respiración, reduciendo el riesgo de lesiones relacionadas con el trabajo. Además, la ergonomía en el entorno de trabajo también se puede mejorar con la adecuada iluminación y temperatura ambiente, así como con el uso de monitores ergonómicos y teclados. Estas herramientas permiten un trabajo más eficiente, al mismo tiempo que proporcionan un confort y una productividad óptimos.