Existen una amplia variedad de productos de limpieza con múltiples aplicaciones disponibles en el mercado. Estos productos se pueden encontrar en forma líquida, en polvo o en aerosol, y pueden ser naturales o químicos. Los productos líquidos son los más comunes y generalmente son los más fáciles de usar, ya que se pueden aplicar directamente en la superficie a limpiar. Los productos en polvo son menos conocidos, pero tienen la ventaja de que son más económicos que los líquidos. Los aerosoles son excelentes para limpiar superficies resistentes, como por ejemplo azulejos y esmaltes. Además, los productos químicos suelen ser más potentes que los naturales, por lo que son ideales para superficies muy sucias.